Sangre encebollada
La receta de hoy es una de las clásicas de casquería. Soy consciente de que no a todo el mundo le gustan esta clase de recetas, pero a mi favor he de decir que hasta hace unas pocas décadas estos platos eran muy apreciados, ya que además de que era una forma de aprovecharlo todo del animal y además consumir muchas proteínas y minerales como el hierro eran de las más asequibles para todos los bolsillos. Es cierto que en muchos países ni se les ocurriría comer este tipo de cosas, pero en España y algún otro país la sangre de los animales se usa como un ingrediente más en la cocina. Es cierto que en algunos sitios la sangre es considerada tabú, pero además de España hay otros países en los que esta es considerada un manjar. Hungría, Chile, China, Finlandia, Reino Unido, Polonia, México o España por ejemplo son algunos de ellos. Lo más habitual es que la sangre se sirva como espesante para salsas, en salazón o para dar sabor a la sopa o en combinación con una buena pieza de carne
También se utiliza la sangre para hacer tapas, guisos y otros productos de charcutería. Por ejemplo las morcillas, hechas a base de sangre de cerdo coagulada y cocida, y muy populares en muchos sitios de España.
Yo personalmente prefiero hacer esta receta con sangre de pollo o gallina pero actualmente es muy difícil conseguirla en nuestro país y sin embargo la de ternera la venden en todas las casquerías y ya cocida por motivos higiénicos y de seguridad.
400 g. de sangre de ternera o cerdo o de pollo "fresca"
Una cebolla gorda o dos medianas
2 o 3 Dientes de ajo
Una hoja de laurel
Sal y pimienta
½ Vaso de vino blanco.
½ Pastilla de caldo de Carne
4 Cucharadas de aceite de oliva
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